Representa la dualidad -existencia de dos caracteres o fenómenos en la misma persona o cosa-. En esta dualidad se encuentra la serpiente con el simbolismo de nuestras culturas prehispánicas, para ellas la serpiente era un Dios muy respetado, por lo que su presencia en este cuadro encarna la sabiduría y el apego a la tierra.

Por su parte, el águila representa lo aéreo, la fantasía, lo que se eleva. En esta obra el artista expresa la dualidad de la sabiduría con la fantasía, de lo terrenal con lo volátil, en un punto de equilibrio perfecto interpretado en la posición de ambos seres.

Es una representación del cura Miguel Hidalgo en un transe.Antes de tomar la decisión de levantarse en armas, Hidalgo pasa noches en vela reflexionando ¿qué consecuencias puede tener? ¿vale la pena? Entre esas noches de tormento también hay sueños y esperanzas.

Visión de una Nueva Patria refleja, contrario a la representación orgánica y visceral de Hidalgo, la visión clara, recta y estratégica de Ignacio Allende, capitán de milicia, líder e iniciador del movimiento de Independencia.

De todos los insurgentes fue Morelos quien permaneció más años en batalla, su sable es el mando de las invasiones, ataques y tomas que perpetuó. El sable representa su ejército y permanece erguido en un ambiente solemne formado por siluetas y colores.

A un Minuto del Principio del Fin muestra el momento previo a culminar la lucha, Iturbide y Guerrero deciden encontrarse para pactar. El fondo blanco representa ese minuto antes del Abrazo de Acatempan en el que todo queda lejano, no existe nada más, solo ellos juntos para consumar la independencia de un país.

El artista piensa en un personaje tocado y apasionado por el espiritismo, Francisco I. Madero, representándolo en esta obra como el espíritu del movimiento armado, el espíritu de la Revolución, inspirado en el ideal de cambio. Los cuatro retratos reflejan momentos de fracasos, de victorias y de poder.

¡Ahí Viene Pancho Villa! Gritaban los pobladores cada vez que su tren pasaba por el poblado, algunos se escondían para no ser reclutados, otros se formaban para unirse a sus filas. Sin embargo, esta obra refleja un momento de paz entre la guerra, Pancho Villa montado en el estribo de su tren de guerra disfruta su bebida preferida, una malteada de fresa. La tomó por primera vez en El Paso, Texas y la pedía cada vez que paraba en un nuevo lugar.

Esta obra representa la sangre que corría por las venas de la Revolución: la sangre de Zapata, quien, viendo el sufrimiento y la injusticia contra los campesinos sembró en ellos el deseo de luchar por la igualdad. El rojo representa la sangre, mientras las pinceladas en formas curvas y circulares, el constante movimiento.

En esta obra vemos a Venustiano Carranza en una forja representada por el fuego. Carranza fue el primero en levantar una Nación devastada tras cientos de batallas, en forjar una nueva Patria a través de nuevas leyes.

En la revolución, los corridos cobraron forma y relevancia, narraban batallas, hazañas, muertes trágicas o historias de bandoleros. Si hubiera un corrido dirigido a los 4 líderes revolucionarios, ésta sería su pintura: Ellos, montados en sus caballos, con manchas de sangre, galopan guiando a su pueblo hacia un mejor futuro, con diferentes ideologías, pero espíritu de patria y libertad.

Nuestros Héroes de la Patria simboliza a todos aquellos héroes anónimos representados en la adelita, el niño artillero, los campesinos y los guerrilleros; algunos asesinados en combate y otros ahorcados y exhibidos en público por el enemigo como señal de amenaza. De su sangre derramada nace una flor como fruto del sacrificio y símbolo de esperanza.

Esta obra representa a dos hermanos en tiempos de guerra. Mientras que la Independencia fue una rebelión del pueblo contra los conquistadores, la Revolución fue una lucha del pueblo contra el mismo pueblo, en la cual, vecinos, parientes, hasta hermanos tuvieron que luchar en bando opuestos. Un caudillo reclutado por los federales, contra uno alistado con los revolucionarios por convicción propia. Ellos eran enemigos de guerra, pero hermanos de sangre, como lo eran Caín y Abel en la Sagrada Escritura.

En esta obra el autor encarna a Quetzalcóatl “la serpiente emplumada”, deidad que representa la fusión ideológica de dos seres maravillosos para los aztecas: las serpientes y las aves. Una dualidad entre la condición física del hombre, por el cuerpo de serpiente, y su parte espiritual, por las plumas. Carlos Sanabia personifica en este cuadro al Dios Quetzalcóatl como uno de los últimos héroes de la nación de la época prehispánica, quien dio su vida y sangre para el renacimiento del pueblo prehispánico.

Cuauhtémoc “águila que cae” fue el último emperador azteca antes de la Conquista. En esta obra, el artista plasma una de las posibles historias de su caída, aquella en la que fue capturado y torturado, quemándole los pies para que confesara el escondite del tesoro. Para el autor, Cuauhtémoc fue el último héroe prehispánico, el último defensor de la libertad de los pueblos aztecas.En esta obra el autor encarna a Quetzalcóatl “la serpiente emplumada”, deidad que representa la fusión ideológica de dos seres maravillosos para los aztecas: las serpientes y las aves. Una dualidad entre la condición física del hombre, por el cuerpo de serpiente, y su parte espiritual, por las plumas. Carlos Sanabia personifica en este cuadro al Dios Quetzalcóatl como uno de los últimos héroes de la nación de la época prehispánica, quien dio su vida y sangre para el renacimiento del pueblo prehispánico.